De nuevo empiezo a ver como una rosa blanca es teñida con ese hermoso rojo carmesí..¿eso que quiere decir?
Una bella dama paseaba por un muy hermoso y elegante jardín de rosas blancas, ella tenia una larga cabellera rubia y ondulada. Con su vestido de seda de color rojo pasión, que hacia resaltar su delicado y perfecto cuerpo esbelto. Tenia unos preciosos ojos verdes miraban aquel lugar que era de en sueño. Atrás de ese rosal, había una gran mansión tenia muchos detalles que a cualquier persona le llamaría mucho la atención.
A esa joven que paseaba, poco le interesaba aquella mansión ya que se encontraba cautivada por esas esplendidas rosas, que su color blanco representaba la paz. En sus ojos se apreciaba un débil destello, con una de sus manos tocaba los pétalos, y sentía su suavidad.
Quería tomar varias de esas rosas para colocarlas en un jarrón, en un mueble hecho de oro y plata que había en su habitación. Esa mesita se encontraba sola en un rincón, pero no había nada sobre ella, debido a que a la joven dama nunca le agrado, ella amaba el rojo y eso opacaba su ambientación, pero nunca la boto o la escondió, ya que era un preciado regalo que recibió de un joven, que ha olvidado su rostro y su nombre, solo sabe que se lo regalo para su cumpleaños número 18.
Decidió sacar una por una con sus bellas y finas manos, logró sacar la flor pero no se dio cuenta de que tenía espinas, y apretó fuerte el tallo de la rosa, causándole varias yagas en su piel pálida y bien cuidada. Al ver ese hermoso color rojo, que tanto le encantaba y le alocaba tomo más rosas sin precaución, siendo consciente que problema tendría al hacerlo, pero no vacilo, las tomo y nuevamente sostuvo, cerro sus manos en el tallo, haciendo que saliera aquel líquido carmesí, que combinaba perfectamente con su vestido de seda. Al ver el color carmesí recorriendo su piel, le hizo muy feliz y comenzó a girar y tirar las rosas que había tomado por todo el lugar, se detuvo y camino por el lugar volviendo a pasar sus manos sobre las rosas blancas, pero ahora tiñéndolas de rojo.
En lo más alto de la mansión, un hombre la observaba con precaución y asombró. Por el comportamiento que tenía ella, era como si estuviera poseída, tocaba su rostro machandolo con su sangre, y en sus labios una sonrisa sádica que nadie le podía sacar, se encontraba en lo más alto de su felicidad, su maldita obsesión estaba llegando a un punto incontrolable, la persona que estaba observándola detrás de una gran ventana, no mostraba ninguna expresión.
Solo una cara seria y despreocupada, mostrando indiferencia a lo que la mujer hiciera.
Ella cayó y miro el cielo, mientras reía estúpidamente su cuerpo se volvía más frío, debido a la perdida de tanta sangre, sus músculos se le comenzaron a tensar , pero estaba llena de gozo alrededor de aquel jardín de rosas blancas, que fueron teñidas rojas y que sería el último lugar que vería y su corta vida...
El hombre dio media vuelta y se dijo para si mismo, mientras caían rosas negras por la ventana:
"He aquí una demente que ha perdido su vida..."
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