sábado, 18 de septiembre de 2010

Lluvia

Sentada en un banco en un parque observo las flores crecer. Pero un árbol no había florecido, era extraño ya era primavera y aun no salía su flor.
Me acerque a verla y se encontraba dañada… era realmente triste. Pensar que podría ser el árbol más precioso del lugar y por estar dañado, no podía crecer.

Comencé ir a diario aquel parque, antes de ir hacia el lugar, pasaba a una botánica, y compraba algunos implementos para poder cuidarla adecuadamente.

Al llegar aun seguía sin florecer, me acerque y tome sus hojas delicadamente.

Te ayudaré a que seas un gran árbol, serás lo más hermoso de este lugar.
Y llegara el momento que puedas cuidarte por ti solo y yo te observare… si te sucede algo volveré a ti y te auxiliare…No te preocupes.

Le aplique lo necesario, lo acompañe, lo cuide lo más que pude por el ese día…
Una violenta ráfaga de viento, voltee a ver el árbol sus ramas se veían tan débiles estaba claro… ya me imaginaba que perdía alguna de ellas.
Pero decidí mantener lejos esos pensamientos, tenia que pensar:
Tranquila…aquel árbol de alguna manera es fuerte, ha soportado todo esto el solo, tengo que confiar en el trabajo que he dedicado por hoy”

Volví a mi casa, me tire en la cama y me puse a pensar muchas cosas, en mi mente veía
a ese árbol florecido y me dije a mi misma.

Si…será muy precioso, lo ayudaré a sanarse, por que de alguna manera me importa demasiado, es extraño… pero yo soy así, debería encontrarlo normal.


Me quede dormida pensando en eso, y a la mañana desperté abruptamente. El cielo estaba nublado, hice mis cosas personales, y me encamine al parque.
Aunque lloviera, hubiera un tsunami, se acabará el mundo buscaría una forma de volver a ver el árbol y deseando verlo sano.


Mientras caminaba, estaba realmente feliz por alguna razón, no entendía el por que.
A unas pocas cuadras, el cielo comenzó a… ¿llorar? Si, lloraba a cantaros  quizá de felicidad no lo sé. Al llegar estaba toda empapada, pero aun así con una dulce sonrisa.

Y sucedió algo inesperado… no encontraba aquel árbol. Había puros árboles totalmente florecidos. Pero uno me llamo la atención y era ese árbol que había cuidado.
Ahora se veía firme, imposible de romper aquellas ramas que anteriormente eran débiles. Aquella lluvia lo había hecho florecer… ya no necesitaba de mi cuidado.
Pero seguiría visitando aquel parque, si algún día vuelve a caer estaré ahí.



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