miércoles, 15 de septiembre de 2010

Auto destrucción

Estaba sentada en un prado bastante amplio a lo lejos se observaba una casa, ¿de quien?
En realidad, no lo sé, en aquel lugar se encontraba distintos tipos de flores, eran realmente hermosas pero desconocía sus nombres, estaba hipnotizada por sus vivos colore, mientras que yo estaba vestida con ropas de color negro y rojo sangre con las rodillas entre mis brazos, con mi cabeza agachas,  derramando una que otra lagrima. En ese instante un fuerte viento comenzó a acariciar y a jugar con mi cabellera.

Aquella agradable sensación, hace bastante tiempo no lo sentía, era como si te abrazaran calidamente, y que cayeras en un profundo sueño y no quisieras despertar de él.

Que una delicada mano acaricie tu pálido rostro, y cause una sensación de protección. Derepente una puerta aparece en aquel precioso lugar, era bastante “lujosa”, quizá era una simple ilusión, debido a la escasez de agua y exceso de calor.

Hasta el propio prado podría ser un simple espejismo, nada real, y mi cuerpo que estaba ahí también, con mis vestiduras oscuras y rasgadas. Siendo el punto que marcaba la diferencia en ese lugar. Opacando todo a su paso deja un rastro de muerte y destrucción, olvidando hasta mi propio nombre y como soy, evitando lo que a veces pienso.

No hago nada para evitar destruir todo a mi paso, sobre todo aquel maravilloso paisaje.
Quizá hacer eso en el fondo de mi me gratifica, a veces ya ni me entiendo. Mi pensamiento es muy simple, nunca profundizo mas, me quedo con las salidas fáciles para los problemas. Nunca me introduzco en lo más profundo del bosque, por el miedo de perderme en el y no poder regresar a la civilización.

Me encantaría ser invisible en ciertas ocasiones, desaparecer  y no tener razonamiento.
El pasar desapercibida seria muy agradable, pero en este mundo no puedo lograrlo.

Quizá teniendo una maleta y al abrir encontrar ciertos objetos de distintos colores, para que una vez por todas vivir en un lugar tranquila.

Pero lograr aquello en este momento mientras carezco de algunos sentimientos no seré capaz de dejar de autodestruir el propio universo que he creado en mi interior.

Sentir un calido y agradable abrazo, y no despertar nunca, y así evitar matar la naturaleza que se encuentra en mi alrededor.

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